domingo, 6 de febrero de 2011

El teatro como un proceso

En primer lugar, tengamos en cuenta algunas características típicas que generalmente definen la conducta del individuo:
1- Sedentarismo.
2- Tendencia a reducir al mínimo el movimiento corporal.
3- La creencia de que su cuerpo es una gran carga.
4- Temor al ridículo.
5- Pánico a la exposición.
6- Un gran desconocimiento de su potencial, tanto físico como intelectual.
7- El desconocimiento de la posibilidad de explotar ese maravilloso mundo interior, desarrollado a través de años de conducta introvertida.
8- Como un gran velo que no deja ver lo descripto en 6 y 7, un tema clave: la baja autoestima.

Ahora analicemos los objetivos de un taller de teatro, más allá del arte:
1- El conocimiento por parte del alumno, de la existencia de su cuerpo como "instrumento".
2- Que ese instrumento, con las limitaciones del caso, PUEDE expresarse.
3- Poder manejar la respiración, la concentración, la relajación, los reflejos.
4- El trabajo y la toma de conciencia sobre la existencia de las partes que componen ese instrumento, como ser los órganos, las articulaciones, las extremidades, los sentidos. Y que están vivas, que sólo necesitan despertar.
5- Lograr (no con exigencias de tiempo ni esfuerzo, sino con paciencia, tolerancia por los tiempos internos de cada uno, y una buena dosis de motivación) transformar ese instrumento sedentario, en el vehículo que exprese arte y el talento escondido.
6- El descubrimiento, a cualquier edad, de la posibilidad de entregarse a una actividad lúdica. Que, aún adultos podemos jugar. Actuar en inglés se dice "to play".

Adelantos observados con los sucesivos grupos de trabajo:
Paulatinamente los alumnos van cobrando confianza en sus propias posibilidades de expresión. Las personas van recuperando la autoestima, al comprobar que están haciendo algo digno, algo valioso. Que se están regalando ese disfrute. Esta actividad se convierte en una excelente motivación, ya que cada uno, además de entusiasmarse con la idea de desarrollar una buena actuación, quieren verse "dignos" sobre el escenario. Y gente que en un principio se desenvolvía con pudor, terminó haciendo personajes del grotesco, clown, además de coreografías bailadas.

En resumen, un taller de teatro, puede convertirse en un proceso significativo, facilitador, estimulante.

Clor. Pablo Lichtin
Actor, director, autor
y docente de teatro.

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