sábado, 5 de marzo de 2011

El miedo. Una emoción primitiva en el presente.

El miedo es un sentimiento que se manifiesta por algo real o aparente.
Esta emoción primitiva que ha sido ferozmente exacerbada en la actualidad, se manifiesta de múltiples formas.
Se instala en las personas y puede mostrarse individual o en el colectivo social, generando grupos de seres con un miedo similar.
Esta sensación desagradable, llamada miedo, que deviene del hombre primitivo, proviene de los sentimientos de amenazas y riesgos que hoy pueden estar enclavados en nuestras mentes en el presente, en el pasado o también en el futuro.
Es por esto que podemos sentir miedo por algo que ya pasó, una huella en la memoria mantiene iluminada la situación pasada sin dejarla libre en el presente.
Hay un miedo a lo que vendrá por el solo desconocimiento del inexistente mañana.
Por último, el miedo instalado en el presente, es una forma de adaptación, y constituye un mecanismo de conservación y defensa, aparecido para permitir al individuo responder ante situaciones adversas con urgencia y capacidad.
Las distintas alternativas en que se puede presentar el miedo, hacen que en algunos casos nos paralice, en otros salgamos corriendo y por último, retrocedamos.
Me gustaría entonces presentar desde otro lugar, los tres tipos de miedo que puedo percibir.
Hay un miedo que se instala adelante. No me deja ver más allá del miedo. Interrumpe mi andar y obstaculiza cualquier imagen que estuviera por detrás del miedo.
Hay un segundo miedo que se pone por detrás. Lo siento amenazante y desconocido. Me hace realizar pasos sin desearlo y avanzar sin sentido. Es un miedo que empuja y a cada paso mío, avanza por mi espalda.
El tercer miedo, está ubicado a mi lado. Camina a mi paso y se detiene para resguardarme. Por ejemplo el miedo que me anuncia que la plaza está totalmente oscura, parece algo extraño y me dice: algo pasa. Me aconseja suavemente y deja que la emoción no invada.
Estos tres miedos, son el mismo miedo. Dependiendo de cómo me vaya poniendo lo tendré de frente, ocultándome el camino; por detrás empujando mi destino o de lado para acompañar mi presente.

Alejandro Lemos

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