domingo, 27 de marzo de 2011

El hombre y el agua

Si el hombre es un gesto
el agua es la historia.
Si el hombre es un sueño
el agua es el rumbo.
Si el hombre es un pueblo
el agua es el mundo.
Si el hombre es recuerdo
el agua es memoria.

Si el hombre está vivo
el agua es la vida.
Si el hombre es un niño
el agua es París.
Si el hombre la pisa
el agua salpica.
Cuídala
como cuida ella de ti.

Brinca, moja, vuela, lava,
agua que vienes y vas.
Río, espuma, lluvia, niebla,
nube, fuente, hielo, mar.

Agua, barro en el camino,
agua que esculpes paisajes,
agua que mueves molinos.
¡Ay agua!, que me da sed nombrarte,
agua que le puedes al fuego,
agua que agujereas la piedra,
agua que estás en los cielos
como en la tierra.

Brinca, moja, vuela, lava,
agua que vienes y vas.
Río, espuma, lluvia, niebla,
nube, fuente, hielo, mar...

Joan Manuel Serrat

lunes, 7 de marzo de 2011

Detrás, está la gente

Detrás de los héroes y de los titanes,
detrás de las gestas de la humanidad
y de las medallas de los generales.
Detrás de la estatua de la libertad.
Detrás de los himnos y de las banderas.
Detrás de la hoguera de la inquisición.
Detrás de las cifras y de los rascacielos.
Detrás de los anuncios de neón.

Detrás, está la gente
con sus pequeños temas,
sus pequeños problemas,
sus pequeños amores.
Con sus pequeños sueldos,
sus pequeñas campañas,
sus pequeñas hazañas
y sus pequeños errores.

Detrás del Quijote y de Corin Tellado,
de Miss Universo y del Escorial.
Detrás de Hiroshima y del Vaticano,
detrás de la víctima y del criminal.
Detrás de la mafia y de la policía,
detrás del Mesías y de Wall Street.
Detrás del Columbia y de la heroína,
detrás de Goliat y de David.

Cada uno a su manera,
cada quien con sus modos;
detrás estamos todos,
usted, yo y el de enfrente.
Detrás de cada fecha,
detrás de cada cosa,
con su espina y su rosa,
detrás, está la gente.

Joan Manuel Serrat

sábado, 5 de marzo de 2011

Una sonrisa

Una sonrisa no cuesta nada y produce mucho.
Enriquece a quien la recibe, sin empobrecer a quien la da.
Dura tan sólo un instante, pero su recuerdo es a veces eterno.
Nadie es demasiado rico o demasiado poderoso para poder prescindir de ella, ni nadie es demasiado pobre para no merecerla.
Una sonrisa da felicidad en el hogar, apoyo en el trabajo y es el símbolo de la amistad.
Una sonrisa da reposo al cansado y anima a los más deprimidos, reconforta a los desanimados y es el mejor antídoto contra los problemas.
No puede comprarse, prestarse, ni robarse, pues es algo que no tiene ningún valor, hasta el momento en que se da.
Y si alguna vez te tropiezas con alguien que esté demasiado cansado para dar una sonrisa, sé generoso y dale la tuya.
Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa como el que no se la puede dar a los demás.

Anónimo.

El miedo. Una emoción primitiva en el presente.

El miedo es un sentimiento que se manifiesta por algo real o aparente.
Esta emoción primitiva que ha sido ferozmente exacerbada en la actualidad, se manifiesta de múltiples formas.
Se instala en las personas y puede mostrarse individual o en el colectivo social, generando grupos de seres con un miedo similar.
Esta sensación desagradable, llamada miedo, que deviene del hombre primitivo, proviene de los sentimientos de amenazas y riesgos que hoy pueden estar enclavados en nuestras mentes en el presente, en el pasado o también en el futuro.
Es por esto que podemos sentir miedo por algo que ya pasó, una huella en la memoria mantiene iluminada la situación pasada sin dejarla libre en el presente.
Hay un miedo a lo que vendrá por el solo desconocimiento del inexistente mañana.
Por último, el miedo instalado en el presente, es una forma de adaptación, y constituye un mecanismo de conservación y defensa, aparecido para permitir al individuo responder ante situaciones adversas con urgencia y capacidad.
Las distintas alternativas en que se puede presentar el miedo, hacen que en algunos casos nos paralice, en otros salgamos corriendo y por último, retrocedamos.
Me gustaría entonces presentar desde otro lugar, los tres tipos de miedo que puedo percibir.
Hay un miedo que se instala adelante. No me deja ver más allá del miedo. Interrumpe mi andar y obstaculiza cualquier imagen que estuviera por detrás del miedo.
Hay un segundo miedo que se pone por detrás. Lo siento amenazante y desconocido. Me hace realizar pasos sin desearlo y avanzar sin sentido. Es un miedo que empuja y a cada paso mío, avanza por mi espalda.
El tercer miedo, está ubicado a mi lado. Camina a mi paso y se detiene para resguardarme. Por ejemplo el miedo que me anuncia que la plaza está totalmente oscura, parece algo extraño y me dice: algo pasa. Me aconseja suavemente y deja que la emoción no invada.
Estos tres miedos, son el mismo miedo. Dependiendo de cómo me vaya poniendo lo tendré de frente, ocultándome el camino; por detrás empujando mi destino o de lado para acompañar mi presente.

Alejandro Lemos